Dublín: pubs y turismo a pie

*** Escrito en agosto de 2006 ***

Febrero en Irlanda significa lluvia. Las estadísticas dicen que llueve 26 días. La Gloriosa tuvo la suerte de pillar los 2 de sol. Dublín no es una ciudad espectacular pero hay montones de bares, y eso para la tuna es innegablemente un valor seguro. El viejo proverbio irlandés, “It never rains in the Pub”, describe claramente las costumbres de esa buena gente, refugiados a todas horas detrás de una Guinness. 

Pubs

A Irlanda fuimos en Febrero porque si, porque Chandal me pidió que montaran un viaje para los pardillos de la tuna y porque era un modo más de volver a la normalidad después de mi ordalía médica. Al final eso sí, el Comando Guinnes estuvo formado por curtidos reservistas, tres, tunos activos, dos y un solo pardillo.

El Comando Guinnes en Farrington’s.
De izquierda a derecha: Ojete, Mudo, Chandal, Pescas, Marco Pozo y Graffiti.

El día de nuestra llegada, a media tarde, decidimos invertirlo en ir de tasca en tasca. Lo que creo que es la actividad turística numero uno en Dublín. Pasamos por Farrington’s que tiene un bonito nombre, por el Temple Bar que es más famoso de la ciudad, por el Porter’s Bar con su carta de mas de mil cervezas y por el Nomeacuerdo Bar, donde ya languidecimos hasta terminar nuestra epopeya.

Buscamos incesantemente el parche pero solo encontramos birras gratis…

El Temple Bar es digno de visita y a pesar de ser el más famoso de la ciudad es igual de caro que los demás, o sea que no se aprovechan más que los otros. Tiene varios ambientes separados con músicas distintas, en el mayor de todos con grupo en directo. Tiene también una zona de terraza al aire libre pero que queda en el patio interior de la finca. Teniendo en cuenta el frío y la lluvia uno se puede preguntar a santo de qué viene eso. La respuesta es sencilla, en la parte cerrada esta prohibido fumar.

Coplillas en el Temple Bar

El Porter Bar si me dejáis hacer el juego de palabras es “Porter-ntoso”. Tiene tres plantas y una decoración muy interesente pero lo increíble es su carta con más de mil cervezas. Están todas las de Irlanda pero también las hay de Bélgica, España, Alemania, México o Tailandia.

El último reducto donde nos refugiamos, la única noche que arreció la lluvia, es conocido como el bar de las Banderas de ahí que no recuerde su nombre. En ese lugar conocimos a una camarera que sabia una sola palabra de español: “¡Polloooooooooooo!”. Por cierto, que después de horas y horas de Guinnes, ese pollo rebozado que nos ofrecía la camarera estaba de vicio.

Dublín turístico

Dormimos hacinados en el Youth Hostel, con el insoportable olor de los cacahuetes de oferta que compro Pescas. Dejamos las bolsas en la consigna, ya que no teníamos alojamiento para la siguiente noche y nos fuimos a ver el Trinity College. Pasando de camino por el Bank of Ireland.

El Trinity College parece sacado de una postal con su plaza empedrada y su arquitectura típica. Allí estuvimos recreándonos en las vistas, de todo tipo, hasta que nos marchamos hacia Christ Church.

Trinity College

Ya por entonces Graffiti no dejaba de dar por donde amarga el pepino buscando una farmacia. Se había dejado el cepillo de dientes en Barcelona y no podía vivir sin él. Y eso que Chandal le cedía el suyo…

Después de comprar los escudos de rigor, seguimos andando hacia Christ Church. Por el camino visitamos el Ayuntamiento y el Castillo de Dublín y mucho más importante, el Bar de Hugo.

Hugo es un mexicano que tiene un bar en Dublín y que al vernos desde la ventanilla de su coche nos invitó a comer allí. También estuvimos tomando unos tragos de vodka, cortesía de sus dos camareras polacas. Hugo tocaba la flauta travesera y nos pidió que le acompañásemos con un Cielito Lindo. Lo que pasa es que el solo la sabía tocar en Re y…  ¡menudo tono de la muerte!

 

En las antiguas catacumbas de Christ Church.
De izquierda a derecha: Pescas, Mudo, Graffiti, Chandal, Marco Pozo y Ojete.

Después de unas cuantas paradas, llegamos a Christ Church. De allí fuimos a la Catedral y a la farmacia. ¡Enhorabuena a los premiados, o sea, Graffiti!

Con ese par de iglesias, mucho mejor la primera, dimos por concluido el tour… bueno, en verdad no, pero de la fábrica de Guinnes ya hablaremos más adelante.

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