Lo mejor de Yangon

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Diluvia en Yangon y parece que seguirá todo el día. Mañana ya se verá.

Diario de viaje, 23 de agosto de 2013 – 9:20 h.

Llueve, llueve, llueve… pero vamos a salir.

Diario de viaje, 23 de agosto de 2013 – 10:50 h.

El primer día en Yangon había quedado interrumpido por la lluvia durante la visita al lago Kandawgyi y el segundo empezó lluvioso, tanto que parecía que no podríamos hacer nada. No obstante, poco antes del mediodía amainó un poco y decidimos salir de todos modos, por suerte poco antes de llegar a Botataung Paya, la lluvia nos dio tregua.

La Botataung Paya situada hacia el Este y cerca del río, es una de las pocas estupas huecas por dentro y que se pueden visitar. Al tratarse de una visita “de interior” fue el lugar elegido para empezar a turistear bajo la lluvia el segundo día en Yangon. Sin embargo, antes de llegar, ya había parado de llover, si bien el cielo siguió nublado y amenazante.

La estupa por dentro consta de una sucesión de habitaciones triangulares en una distribución radial alrededor de un pequeño relicario central. El relicario se supone que contiene un mechón del pelo de Buda y ocupa el centro de una pequeña estancia circular que se puede ver solo a través de una pantalla de cristal transparente. En la pantalla, eso sí, hay una ranura para que los devotos echen billetes, y la habitación parece un mar de dinero, como la caja de caudales del Tío Gilito. Se intuye además una escalera que creo que da a otra estancia debajo, a través de la cual, los monjes pueden acceder a los donativos e ir vaciando la sala de vez en cuando.

foto 1

Del diario de viaje.
Como no conté las habitaciones, el dibujo no es muy preciso

Por otro lado, y siguiendo con la opulencia, absolutamente todo el interior de la estupa, tanto las paredes como el techo, está forrado de pan de oro.

Exteriormente la estupa no es de las más grandes, pero las cámaras y salones contiguos son muy interesantes, e incluyen figuras de budas, efigies de monjes y estatuas de Nats. También hay una sala grande con todas las vidrieras completas que me recordó vagamente el Palacio de Versalles. Se supone que este tipo de adorno es el habitual en las construcciones birmanas pero no se conservan salvo excepciones. Para nosotros era justo la tercera vez que veíamos un templo que aun los tuviera después de los dos de Sagaing.

Lo único desgradable de la visita fue el militar de la puerta que era un maleducado, uno de los pocos birmanos que no sonreía. Además nos quiso timar ya que el precio estaba en dólares y nosotros íbamos a pagar en kyats, e intentó cobrarnos de más con un cambio de divisa de su conveniencia. Fue una pena que no pudiéramos colarnos porque este dinero sí que iba a la dictadura directamente.

Después de Botataung Paya comimos en “Food Center” llamado IT, donde probamos un plato típico de arroz con pescado, que pensábamos que era caliente pero parecía más bien un arroz a la cubana frío con cuatro migas de pescado. No nos gustó mucho. De allí fuimos al lago Kandawgyi a ver si teníamos más suerte que el día anterior.

Al lago Kandawgyi esta vez fuimos en taxi. Entramos por una puerta bastante occidental del lago y después de una pequeña pero dura negociación pudimos entrar gratis al narrarle al señor de la puerta que el día antes pagamos para nada ya que nada más poner el pie en el lago nos tuvimos que ir por culpa de la tormenta.

14 Yangon 2 089 Lago Kandawgyi 2

Desde la puerta recorrimos la pasarela del sur del parque para ver el “barco real”. Durante el camino echamos la vista atrás y vimos que la imponente Shwedagon Paya se reflejaba en el lago, cosa que el día anterior era imposible. Finalmente alcanzamos el bonito hotel que hay en el centro del lago. El resto del lago no es que tenga mucho interés salvo el hecho de que sirve como lugar para las citas y arrumacos de las parejas de Yangon, algunas de las cuales se ocultaban debajo de grandes paraguas para besuquearse.

Para terminar el día subimos a la impresionante y colosal Shwedagon Paya. De hecho, el recinto es tan grande que para que no pierdas los zapatos (recordad que en todos los lugares sagrados birmanos hay que descalzarse) en la entrada donde los dejas te ponen una pegatina en el pecho con el nombre de la puerta por la que has entrado. Como se puede ver, nosotros lo hicimos por la puerta Este:

foto 2

Hay que decir que esta puerta no es la más bonita, pero no fuimos capaces de seguir las indicaciones que nos había dado el guarda del lago Kandawgyi para llegar por la puerta principal, entre otros motivos porque el camino empezaba cruzando una rotonda sin semáforos en la que confluían dos avenidas de cuatro carriles… lo que no hicimos. A partir de allí fuimos subiendo la colina por donde creíamos más adecuado y acabamos llegando por la puerta Este.

Sea como sea, una vez arriba la pagoda es espectacular por los cuatro puntos cardinales, con multitud de detalles que ver y que valen muchísimo la pena. Fue una pena sin embargo que Amaya se empezara a encontrar mal ya en ese momento, porque no pudo disfrutar de la visita al máximo, que además habíamos hecho coincidir con la puesta de sol para poder ver la estupa dorada de día, luego anaranjada por el sol poniente y finalmente de noche, iluminada por la luz eléctrica.

Por otro lado, nada más oscurecer empezó a llover de nuevo. Como veis la tormenta nos había dado una tregua, pero no se había rendido. Volvimos al hotel en taxi y si llega a tardar dos minutos más… Amaya estaba fatal y ya había vomitados al salir de la pagoda y en una bolsa en el taxi pero la cosa iba a mayores.

Por mi parte, y cruzo los dedos, estoy bien y acabo de volver de cenar un curry con cerdo por 900 kyats.

Diario de viaje, 23 de agosto de 2013 – 20:45h

Como veréis en la siguiente entrada, no los crucé muy bien…

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One thought on “Lo mejor de Yangon

  1. M. Ángeles Cortés

    Todas las imágenes de esta entrada son espectaculares. Parece un sitio precioso.¡y esa pagoda toda dorada por el oro!

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