Adios Shāxī, hola Lìjiāng

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Cuando volvimos del monte Shíbǎo, fuimos al hotel para ducharnos y salimos a cenar. Sacamos provecho a las últimas horas en Shāxī yendo a cenar costillas de cerdo con menta, el plato que descubrimos en Xhīzhōu, patatas “seda” y arroz, todo por 52 yuanes (6,80€). Después fuimos al Woodfish con la intención de tomar yogur casero, que se hace cada día y es típico de la zona, pero estaba agotado. Así, no nos quedó más remedio que tomarlo en Old Trail House, un local un poco más “para guiris”. El yogur lo tomamos con mermelada y estaba excelente.

Al volver al hotel tuvimos que hacer el check-out ya que aunque nos íbamos al día siguiente, a la hora de nuestra partida no habría nadie en la recepción. De hecho, no la abren hasta las 9:00 AM. Nosotros queríamos salir sobre las 7:00 AM para poder tomar el autobús de las 9:30 AM hacia Lìjiāng y los del hotel no entendían por qué queríamos ir tan pronto. Según ellos además, como era tan pronto, era probable que no pudiéramos coger ninguna minivan hacia Jiànchuān pues no habría suficientes pasajeros tan mañaneros.

Cobradora de peaje

Cobradora de peaje

Pero sus augurios no se cumplieron. Nos despertamos a las 7:00, salimos a las 7:15 y llegamos a la estación de Shāxī antes de las 7:30. Por suerte ya había tres personas esperando en una minivan y con nosotros dos, el conductor se dio por satisfecho, así que salimos hacia Jiànchuān (10 yuanes/pax, 1,31€). Hasta allí tardamos la hora prevista de curvas y curvas, y una vez en la estación de autobuses nos llevamos una sorpresa al comprobar que los horarios que había en el hotel estaban equivocados y el segundo autobús no salía a las 9:30 sino a las 9:00. Afortunadamente habíamos salido con tiempo y todo había ido bien, de modo que pudimos comprar pasajes para ese autobús (23 yuanes/pax, 3€).

En rosa, la ciudad vieja de

En el mapa, la zona rosa es la ciudad vieja de Lìjiāng

El autobús salió sin embargo con un retraso ciertamente considerable por culpa de una pareja con niños que solo había pagado boleto para los adultos. El conductor no les quería dejar viajar si no compraban también billetes para los niños y estuvieron discutiendo un buen rato. Luego el trayecto fue tranquilo y solo destacaría que el conductor padecía de algún trastorno obsesivo ya que conducía con la mano derecha sobre la palanca del cambio de marchas y cada cinco segundo la levantaba, la cerraba en un puño, golpeaba el pomo del cambio y la volvía a apoyar.

Intentando descifrar el mapa

Intentando descifrar el mapa

Una vez en Lìjiāng, fuimos andando hasta los límites de la ciudad vieja y una vez allí, como íbamos cargados con las mochilas, cogimos el primer hotelito decente que se ajustaba a nuestro presupuesto, 120 yuanes/noche (15,70€).

Bueno, en la próxima entrada os contaré que tal nuestra primera tarde en Lìjiāng.

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