En esta entrada, y teniendo en cuenta que a China fui como turista y no como etnógrafo, os voy a seguir contando algunas curiosidades que observé en China, tanto de sus habitantes como del país en general. No pretendo sentar cátedra así que lo que sigue son solo opiniones basadas en una recolección de datos empíricos insuficientes y deliberadamente sesgados. No obstante, espero que os parezcan interesantes, y recordad que el juego de poner etiquetas, dice más del etiquetador que del etiquetado.

El certificado de sanidad

En Yúnnán, y supongo que en el resto de China, los locales de restauración y los de la hostelería tienen un certificado de sanidad con caritas, o emojis. En los restaurantes hay tres categorías: los verdes súper sonrientes (calidad excelente), los amarillos sonrientes (calidad muy buena) y los rojos tristes (calidad normal). Para calidades peores no sé si hay una cuarta cara, pero solo vimos estas tres. En el caso de los hoteles, no hay código de colores, sino una cara y una letra. La A marca la mejor situación sanitaria y la C la peor, creo que hay también D, pero no nos alojamos en ningún hotel tan lamentable.

Limpieza industrial de vajillas

Es normal en Yúnnán que los restaurantes te traigan la vajilla, o ya la tengan en la mesa, empaquetada o retractilada, con un envoltorio que normalmente tiene el nombre del local. Eso es debido al sistema de lavado industrial de platos. En algún rincón del restaurante hay un cajón azul de plástico en el que se ponen los platos, vasos y cuencos sucios. La empresa de limpieza viene a recogerlos, momento en el que entrega la tanda anterior limpia y envuelta individualmente en conjuntos completos. En algunos restaurantes cobran un yuan (0,13€) al comensal para sufragar esta limpieza y desinfección. Vale decir que se trata de una cosa que añade cierta garantía a la higiene del local.

Reparto del trabajo por géneros

Una cosa que me llamó la atención durante el viaje por Yúnnán, en China, es la cantidad de mujeres que vi haciendo trabajo físico, tanto en la construcción como en el campo, aunque esto segundo no sea en el fondo tan raro. En China las mujeres de las zonas menos desarrolladas realizan tareas duras de exigencia física, de las que en occidente se consideran de hombres, hasta bien entradas en años. Por otro lado, también es normal ver a muchos hombres sin hacer prácticamente nada, “ocupados” en tareas más descansadas como por ejemplo conductor de mini-van para turistas, lo que les reporta mayores ingresos con menos trabajo, por no hablar de los que pasan el día jugando a cartas o ajedrez.

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