Nuestros problemas con los autobuses

15 Shaxi 005

De camino a Jiànchuān para ir a Shāxī, el conductor después de discutir por algo con varias personas, ha bajado, se ha subido a una furgoneta y se ha pirado.”

Diario de viaje, 20 de agosto de 2014
En un cruce de caminos a las 12:35 AM

Al principio al detenernos en la bifurcación Jiànchuān/Xiàguān hubo tres personas que querían subir. El conductor empezó a discutir con ellas, y nosotros pensamos que era porque solo había dos asientos libres en el autobús. No obstante, no dejó subir a nadie e inmediatamente se puso a llamar por teléfono. Al cabo del rato llegó un tipo con un cartón, le dio algo de dinero al conductor y este se montó en una furgoneta y se fue. Más tarde descubrimos que se trataba de una avería.

Para llegar a Shāxī desde Dàlǐ la conexión es mala ya desde el inicio porque no hay transporte directo. Para empezar hay que ir de Dàlǐ hasta Xiàguān, en el extremo sur del lago. Nosotros fuimos con el autobús número 4 hasta el final, y después tuvimos que tomar un taxi hasta la estación de autobuses. La verdad es que no hubiera hecho falta si la guía no estuviera escrita pensando que todo el mundo es inútil, ya que si hubiera puesto el nombre de la antepenúltima parada, la estación está bastante cerca. Pero bueno, parece que es la Lonely Planet for Dummies. En total 4+10 yuanes (1,81€).

15 Shaxi 002

Allí hay que coger el autobús que va a Jiànchuān que cuesta 41 yuanes por persona (5,30€). Jiànchuān está al norte de Shāxī, con lo que al llegar se tiene que desandar parte del camino, normalmente en minivan como nosotros a 30 yuanes por persona (3,87€). Además, la mini que nos tocó tuvo a bien recorrer parte de la ciudad para ir a recoger unas marquesinas de madera labrada que había comprado uno de los otros pasajeros. Luego, la carretera para llegar a Shāxī es una sucesión de curvas continuas, digna del rally de Montecarlo. Con todo, un trayecto que podría durar unas 2 horas se convierte en 5, sin avería, claro.

15 Shaxi 003

En nuestro caso tuvimos que añadir una hora más. Al quedarnos tirados en la bifurcación el conductor lo que había hecho había sido ir a buscar un mecánico, pero a pesar de eso, cuando regresó con el susodicho, el veredicto fue que no había solución en ese momento. Por eso el conductor llamó a la central y ante ninguna solución mejor, todo se redujo a esperar al autobús que venía detrás, hay uno cada hora, y subir a él. La avería había tenido lugar poco antes de la hora de trayecto y por lo tanto el autobús siguiente aún no había salido de la estación de Xiàguān, y supongo que por eso llegó medio vacío con las plazas libres  justas para los pasajeros que nos habíamos quedado tirados y que seguíamos allí tirados, puesto que algunos se habían subido a taxistas improvisados que hicieron su agosto.

Al menos Shāxī y el monte Shíbǎo nos gustaron mucho. Pero eso os lo contaré en las próximas entradas.

____

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *