La segunda visita en Casablanca era el Rick’s Café, una “réplica” que un avispado empresario estadounidense ex-diplomático, abrió no hace muchos años. Es una turistada brutal, pero no pude resistirme.
La réplica del Café por fuera no está muy lograda pero por dentro ya no se parece nada. La carta es una americanada llena de hamburguesas y cosas por estilo y los precios son altos para tratarse de Marruecos. Nosotros nos quedamos en la barra y tomamos un par de tes con menta y una ración de Rick’s Cheese Cake. Con la propina incluida nos costó 130 dirhams (12,12€).
A la hora que fuimos no estaba el pianista pero al menos pudimos ver el piano. Antes de irnos fui a dar una vuelta por el restaurante. En la segunda planta hay un salón medio reservado con una mesa de ruleta y en un rincón hay una televisión en la que se emite la película de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman en bucle continuo.
Recomendable solo para fans de la película o cinéfilos.