La cena de esa noche la comimos en el puesto número 117, Chez Mouha. El menú consistió en tanjia, salchichas, harira, aceitunas, berenjena asada y pan. La tanjia era lo que queríamos probar pues es típica de la zona y consiste en un estofado de cordero que se guisa en una vasija de barro entre 8 y 12 horas. Estaba muy tierno y sabroso, pero sospecho que no lo habían hecho a la manera tradicional y que no estuvieron 8 horas para cocinarlo. Lo digo porque los puestos y las cocinas aparecen a media tarde y no había pasado pues el tiempo suficiente. Las berenjenas también estaban riquísimas.
Después de la cena dimos el último paseo por la plaza y nos paramos a escuchar un grupo musical. Después de una mínima propina de 3 dirhams (0,27€) nos hicieron sentarnos en la primera fila y pudimos hacer videos sin problemas. De hecho, después de la primera canción no nos dejaron marchar. Creo que les dimos poco dinero pero nos lo perdonaron porque hicimos la donación sin que tuvieran que pedírnosla. A otro turista que se puso a grabar “sin permiso” le apretaron hasta que les aflojó 10 dirhams (0,92€).
El grupo musical era mayoritariamente de percusión y había un solo intrumento de cuerda. Pero este llevaba la voz cantante, y no solo intrumental, sino vocal también porque era el que cantaba las melodías principales. El resto de músicos solo hacían los coros. Durante una de las canciones apareció un bailarín, pero iba vestido con traje y corbata y no daba mucho el pego. Parecía más bien el típico borracho de boda.
Después de la música volvimos al hotel con el autobús número 1 (para ir fuimos en el 16 que da mucha más vuelta) y fue francamente rápido. El autobús cuesta 4 dirhams (0,37€). Al día siguiente temprano nos íbamos de excursión al desierto, así que teníamos que descansar.