De Suva a Luganville, 2 de 2

blauerfield

Cuando aterrizamos en Port Vila, capital de Vanuatu, la mala suerte quiso que lo hiciéramos justo después de un enorme Boeing que venía de Nueva Zelanda, con lo que la cola para pasar inmigración fue eterna.

05b Vuelo a Vanuatu (Port Vila) 008

Vista aérea de Port Vila

El trámite, sin embargo, cuando por fin nos tocó el turno, fue rápido y poco riguroso. Por ejemplo, yo llevaba el pañuelo en la cabeza y no me hicieron descubrirme. Eso sí, aunque el visado en Vanuatu es para 30 días normalmente, el agente de aduanas miró nuestro billete de vuelta a Fiji y escribió la fecha límite de estancia en el pasaporte: 21 de agosto de 2015, o sea, teníamos un visado de 5 días.

Después de ser los últimos en recoger el equipaje cambiamos los dólares fijianos que teníamos a vatus, pero no los yenes, ya que el cambio de esta moneda estaba sujeto a una comisión de casi un 40%. En cambio, el cambio dólar fijiano-vatu, era prácticamente el interbancario que se puede consultar en Internet.

05c Blauerfield Airport 002

Llegada al aeropuerto Blauerfield, Port Vila

En el aeropuerto de Port Vila alternamos entre la terminal internacional, para tener los 15 minutos de wifi gratis que hay cada tres horas, más o menos, y la doméstica, en la que la cafetería y las tiendas son mucho más baratas. Allí tomamos unos bocadillos de ternera por 200 VT cada uno (1,57€/u). También nos lo pasamos bastante bien intentando leer el pidgin de Vanuatu, de base local, inglesa y francesa.

05c Blauerfield Airport 005

“Afta we yu check in yu mas pem 200 VT”

Después de facturar y conseguir las tarjetas de embarque, otra vez nos pusieron separados, fuimos a pagar las tasas provinciales de salida del aeropuerto, que se aplican solo a los vuelos domésticos. 200 VT/pax (1,57€/u). El vuelo fue en un avión igual que el anterior, pero más viejo. Al llegar a Santo vimos cómo descargaban las maletas a la antigua usanza, sin cintas transportadoras ni vehículos a motor, todo manual y dejando los equipajes en un mostrador para que cada cual cogiera el suyo.

Mostrador de equipajes

Mostrador de equipajes

Una vez fuera del aeropuerto nos recibió el taxista que había enviado nuestro hotel, el Tropicana, que nos llevó sin problemas bajo una suave llovizna. Era curioso el mal tiempo que nos acompañaba, sobre todo siendo agosto el mes menos lluvioso tanto en Fiji como en Vanuatu.

Al llegar al Tropicana, una agradable sorpresa. En mi negociación con el manager había pedido una habitación doble, pero como no les quedaban libres, me había ofrecido la FU (family unit) por el precio de una doble. Resultó ser un apartamento separado del hotel, con una cama de matrimonio, otra individual, y dos literas de dos pisos, en total 7 camas, baño completo y una cocina que no estaba nada mal, completamente equipada, desde los fuegos hasta el menaje. Y nos costaba solo 4500 VT por noche (35,35€). Y si alguien cree que no es barato, es que no sabe lo caros que son los hoteles en Vanuatu, donde una cama de albergue puede costarte eso mismo. Por otro lado, ¡imaginad el precio por persona si vais siete!

Para terminar el día, fuimos a comprar. El Tropicana está muy bien situado en ese aspecto, ya que está al lado del mercado municipal, y de otras tiendas como colmados, una carnicería y un par de establecimientos abiertos casi 24 horas. Para estrenar la cocina compramos en la carnicería un “sirloin” y un “silverblade”, de la excelentísima ternera vanuatense, por 340 VT (2,67€) que además de riquísima es baratísima pues Vanuatu es un gran productor de ternera prácticamente ecológica. De primero habíamos comprado unos fideos instantáneos, que con el desayuno para el día anterior, sumaron 270 VT (2,12€).

"... con las manos en la masa..."

“… con las manos en la masa…”

¡A comerrrrr!

¡A comerrrrr!

Después de cenar, nos duchamos y a la cama.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *