Tour Efate II: a merced de los ni-Van

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La segunda parada del tour Efate fue la turistada del día: los guerreros ni-Van. Se trata de… no sé cómo explicarlo de manera que haga justicia a la experiencia. Primero, y desde que salimos del Blue Lagoon de Eton, el conductor nos fue “sugestionando” con poco éxito acerca de la “peligrosa” visita que íbamos a hacer a un poblado ni-Van, que podía acabar con nuestros serranos cuerpos en la barriga de los feroces caníbales de Vanuatu.

Que en Vanuatu y otros países de la Melanesia hubo canibalismo es una cosa cierta, y de hecho el último caso registrado y comprobado en Vanuatu es de 1969. Sin embargo, lo de pasarse el rato de carretera diciéndonos que nos podrían comer era una chorrada.

Nakamal de Eton

Nakamal de Eton

Playa de Eton

Playa de Eton

Una vez bajamos de la furgoneta nos adentramos por un senderillo entre arbustos altos. El guía seguía erre que erre intentando crear una atmósfera terrorífica, pero de tanto insistir se cargó el efecto, ya que cuando los guerreros salieron de entre los arbustos, y francamente estaban muy bien ocultos, ni siquiera nos sobresaltamos y el “ataque” fue recibido con risas y regocijo generalizado. Al cabo de unos segundos de “escabechina” apareció el jefe de la tribu con las hojas de la paz sobre la cabeza, tal y como aparecen cruzadas en la bandera. Parece que ese día no nos iban a comer al fin y al cabo.

A continuación nos llevaron a una explanada en la que hay unos banquitos cubiertos y una vez sentados en ellos, nos ofrecieron una serie de bailes tradicionales. Finalmente los guerreros vinieron con sus garrotes y nos los dieron para que nos uniéramos al ridículo al baile. Fue una especie de corro de la patata sin sentido con un montón de personas corriendo como pollos sin cabeza en círculos y un palo en la mano.

Finalizada la pachanga, el jefe nos explicó varias cosas sobre las hierbas medicinales (anti-malaria, coagulante y para embarazadas) y también nos dio información sobre los árboles banyan, o baniano, y su ciclo de reproducción como enredaderas estranguladoras parásitas. Fue muy interesante porque justo a sus espaldas había uno enorme de más de 500 años de antigüedad.

En el grupo de guerreros había varios niños pequeños y Samantha, una señora de nuestro grupo, preguntó por qué no estaban en la escuela. El jefe nos comentó que tenían el día libre. Samantha insistió y preguntó si tenían el día libre porque íbamos nosotros o porque la escuela estaba cerrada. El jefe nos dijo que tenían vacaciones. Más tarde comprobé que podía ser cierto, hablando con otro vanuatense acerca del calendario escolar, pero bien pudo tratarse de una feliz coincidencia, y puede ser que la aldea prefiera que los niños “trabajen” en el espectáculo antes que ir a la escuela cuando llegan los días lectivos.

Y bueno, eso fue todo en el sitio de los guerreros ni-Van, nombre de los habitantes de Vanuatu antes de la colonización. En la próxima entrada más.

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