En el vuelo entre Port Vila y Nadi lo único destacable fue el despelote con la comida a bordo. Resultó que no había para todos los pasajeros. Yo fui casi el primero que se quedó sin, ya que sirvieron hasta algunos de los pasajeros de la fila de enfrente. No obstante, como protesté airadamente ante tamaño atropello alimenticio, la azafata consiguió escamotear y ofrecerme un menú de clase business que había sobrado: un sandwich caliente al grill de bacon y queso con patatas fritas.

Ciertamente, Fiji Airways habia metido la pata, así que a los pasajeros que nos habíamos quedado sin comida (yo incluido) nos dieron un cupón para el café de la terminal doméstica del aeropuerto de Nadi. El importe no estaba nada mal, ya que tenía un valor de 20$ y lo único que no se podía pedir eran bebidas alcohólicas.

Nosotros pedimos comida para llevar porque planeábamos cenar tranquilamente en la habitación del Horizon. El menú resultó como sigue: 2 raciones de pollo al curry, 2 samosas de cordero, 2 muffins de chocolate y 2 botellas de agua. En total nos gastamos 36$ de los 40$ que teníamos disponibles y los muffins eran para el desayuno del día siguiente.

Por cierto, para ir del aeropuerto al Horizon esta vez no tuvimos problemas en encontrar al conductor de Smuggler’s Cove, de la misma “cadena”, con lo que pudimos ir gratis. De hecho, estábamos en la lista de clientes aunque el Horizon fuera el hermano pobre.