Taipei turístico

No recuerdo cuantas veces he participado en tours organizados, ya que normalmente prefiero ira mi aire. Pero en esta ocasión me decanté por la comodidad. La comodidad que da subirte a un autobús y despreocuparte de todo, pensando que te llevarán a los sitios más interesantes. ¿Cuantas veces, haciendo caso a las guías y mapas turísticos, no he ido a lugares que luego carecían de interés? Pero no todo es de color de rosa así que, como peaje, tuvimos que pagar un montón de paradas comerciales para que comprásemos tal o cual cosa, aunque… ¡No caímos!

Con puntualidad británica, el autobús nos pasó a buscar por el Hotel, y después de recoger a los demás integrantes del tour nos llevó a la primera parada, el Templo Baoan (保安官) o Pao-an, según el método de transcripción fonética, y el Templo Confuciano (臺北市孔廟).

Ambos templos me sorprendieron ya que eran lo suficientemente distintos a los que he visto en Japón para no sentir que veía más de lo mismo. En el primero me llamaron la atención los dragones que hay en las cubiertas y su elaborada decoración en general, motivo por el que es famoso. El templo Baoan fue construido por inmigrantes venidos de la región de Tung-An que la abandonaron por diferencias espirituales con el Emperador Pao-Shen del templo Chee-Chi. Fue construido a finales del siglo XVIII o principios del XIX, las fechas varían según los calendarios usados, pero se sabe que se tardó cinco años en completarlo. El templo Baoan tiene la característica forma de la letra china “回”, con tres salones principales, salón de entrada, salón principal y salón trasero, y dos salones laterales. Por su belleza y arquitectura se convirtió en referencia para los otros templos de Taiwán.

Dragones en las cubiertas del Templo Baoan.

Por su parte es templo confuciano es más austero en general pero en sus paredes hay unos magníficos trabajos de cerámica china. De estos se pueden ver los exteriores pero al estar restringida la entrada a los salones, los otros solo se pueden ver si cogéis el panfleto que hay en la puerta. Con este podréis buscarlos ya que hay también un pequeño mapa. Eso sí, espero que no vayáis de guays como yo y lo cojáis en Inglés y no en Chino Cantonés… ¡Si al menos hubiese sido mandarín!

Vista del templo confuciano

Té verde, Té rojo

Después de pasearnos por ambos templos y después de que Andrés se perdiera y hubiera que esperarle, el autobús, saliendo con retraso nos llevó a ver a un maestro Tetero, algo así como el Juan Valdés del Té.

La visita fue interesante a pesar de su obvio objetivo que no era otro que vendernos té a todos. Allí nos explicaron las diferencias entre el té verde y el té rojo, uno sin tostar y el otro tostado, ni más ni menos, pero también que porcentaje de “tostación” y a que temperatura hay que tostar el té para tener las clases de té de Oolong y Puar. Los más avispados seguidores del manga en general y de DragonBall en particular, se habrán fijado que dos de los personajes amigos de Son Goku, los dos que pueden cambiar de forma, se llaman como estas dos variedades de té. Esto obedece a la tradición de su autor Akira Toriyama de bautizar a los personajes de sus obras con nombres más o menos curiosos muchos de los cuales con trasfondo culinario. No hay que olvidar, por ejemplo, que el nombre del Doctor Slump, Senbei Norimaki, significa por partes: galleta de arroz (senbei「煎餅」) y sushi enrollado (norimaki「海苔巻き」).

Desgraciadamente, no recuerdo los porcentajes adecuados de tostación de ambas variedades así que no podréis hacerlo en casa. Lo que sí recuerdo era lo buenos que estaban todos los tes que nos dieron a probar y que el té de puar es diurético, los otros no, ¡qué va!, y está recomendado para la gente que quiere perder peso y para los fumadores ya que elimina la nicotina… o al menos las manchas de nicotina. Ya sabéis fumadores del mundo: ¡Si os laváis las manos con té de puar no se os quedaran los dedos amarillos!

Tour Express

A continuación nos llevaron a comer y después de tour express, o sea una vuelta sin bajar del autocar. Recorrimos varias calles del a ciudad poco reseñables y justo antes de llegar al Memorial de Chiang Kai-shek (蔣介石), nos llevaron a ver la sede el Capitolio de Taiwán pero por problemas de seguridad tampoco allí pudimos bajar del vehículo.

Capitolio de Taiwán

El memorial de Chiang Kai-shek está ubicado en una explanada bastante amplia y desde el edificio principal se extienden tres paseos que llevan a las puertas Norte, Sur y Oeste. Siendo la puerta Oeste la más alejada del CKS Memorial Hall. Al lado de la puerta Oeste encontramos además El Auditorio Nacional y el Teatro Nacional.

Vista del Paseo que lleva a la Puerta del Oeste
con el Teatro y el Auditorio a ambos lados

En el edificio principal nos encontramos una estatua bastante grande de Chiang Kai-Shek, sentado y en una actitud más cercana a la filosófica o docente que a la militar. Cabe recordar que Chiang Kai-Shek fue el último presidente de la República de China hasta que perdió la guerra contra los Comunistas exiliándose en Taiwán, única provincia china que nunca cayó en manos de los Comunistas durante la Guerra Civil. Allí fue dictador desde 1949 hasta su muerte en 1975 tiempo durante el cual nunca perdió la esperanza de rearmarse y recuperar la China continental.

Estatua de Chiang Kai-Shek

Como curiosidad, decir que en 1907 después de haber estado en la Academia Militar de Paoting, China, se trasladó a Japón donde entró a formar parte del Ejercito Japonés hasta que regreso a China en 1911 con motivo del levantamiento de Wuchang que desencadenó el fin de la China Imperial. Quiso el destino que quien había sido soldado Japonés fuese el dirigente del Gobierno chino cuando los nipones invadieron el país.

Edificio donde se encuentra la estatua

Al salir del memorial, y al llevarnos el autocar fuera de programa a otra visita comercial, decidimos escindirnos del grupo para ir por nuestra cuenta al Museo Nacional. Fue una pena que se encontrar en fase de rehabilitación y que sólo hubiera unas pocas salas abiertas ya que es el museo del mundo con más arte y antigüedades chinos.

De ahí nos dirigimos al edificio más alto del mundo, el Taipei 101, del que hablaré en el próximo articulo.

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