En cierto modo Taipei (台北), capital de Taiwan (台湾), me recordó a Korea pero me gusto más. Es cierto que la gente es poco animosa y no destacan por su curiosidad hacia los extranjeros, como si sucede en Japón, pero me atrevería a decir que son algo más educados que los Koreanos. De todos modos creo que los Taiwaneses aún están condicionados por la pasada dictadura y por sus actuales problemas económicos, derivados en su mayor parte del crecimiento de la China continental y el resto del sudeste asiático.
Taipei, ciudad de motos
Nada más llegar a Taipei una de las cosas que más me llamo la atención es la cantidad de scooters que hay por sus calles y la incesante actividad económica que hay en cualquier esquina si bien, poco más tarde esta última apreciación se vino abajo. Es cierto que doquiera que vayas hay puestos de comida, tiendas, centros de masaje y reflexoterapia, pero no es menos cierto que casi todos estaban vacíos y que apenas si había transacciones. En cambio, la otra apreciación no sólo no se desmintió sino que fue en aumento.
Algunas motos estacionadas enfrente del mercado de Shilin
El tour que nos habían contratado estaba orientado a disfrutar el Taiwán comercial, así que la primera parada fue en una boutique de perfumes y productos de lujo que apenas visité, más preocupado en encontrar un cajero que aceptara la Visa. En la primera esquina encontré un monorraíl parado, cosa que me hizo pensar en un sistema de transporte urbano deficiente, cosa totalmente alejada de la realidad, ya que tanto el metro como el autobús metropolitano en Taipei funcionan muy bien. Sobretodo el metro, que parece bastante moderno. Al uso de los transportes en Asia (al menos en todos los países que yo he estado), en esta ocasión también el importe del mismo va en función de las paradas que recorras, a más paradas más dinero hay que pagar.
Metro de Taipei. Estación Central.
Los precios en Taiwán ya no son tan baratos como parece que fueron antaño, cosa que es una de las razones de sus recientes problemas económicos ya que han perdido competitividad. Sin duda consecuencia lógica del progreso experimentado. Lo que pasa es que aún no han logrado reorientar su economía a nuevos sectores. Aún así se puede seguir comprando barato en Taipei, principalmente ropa y productos electrónicos.
Mercados nocturnos y comida Taiwanesa
Una actividad que parece común en el panorama asiático es la de los mercados nocturnos y para casi todos los taiwaneses que he conocido en Japón, creo que es la única atracción turística de su pais, por encima de los templos…
La verdad es que creo que los mercados nocturnos son una buena idea. ¿De qué sirve que las tiendas estén abiertas en horario laboral y cierren cuando los trabajadores salen del trabajo? Así pues, veo normal que la actividad comercial empiece cuando termina la industrial y que los currantes puedan salir a gastar su dinero. El mercado nocturno más famoso de Taipei es el de Shilin (士林).
A Shilin fuimos, aún no lo he comentado pero a Taipei fui con un Tuno de Aparejadores de Granada llamado Andrés, en metro, si bien, hasta la parada en la que decidimos subirnos fuimos paseando casi una hora por las calles de la ciudad.
Como ya he dicho, hay montones de tiendas y motos, pero también carteles luminosos, paradas de comida rápida e incluso pasamos por delante de dos institutos de secundaria con sus colegialas uniformadas. Decidimos comer algo sobre la marcha pues ya estábamos desmayados y como en los chistes recibimos una noticia buena y otra mala. La buena fue que la comida era buena y barata. La mala fue que no había manera de saber lo que pedir pues absolutamente nadie habla nada que no sea chino, y los menús también estaban totalmente escritos en ideogramas. Dicen que un japonés culto puede hacerse entender solo con los kanji, pero claro yo no soy un japonés y mi modestia me impide catalogarme como culto así que parecía que estábamos perdidos. Aún así mediante señas y el socorrido truco de pedir lo que come el de al lado pudimos salir adelante.
Tofu frito de un puesto callejero
Ese día solo paseamos por el mercado y dejamos las compras para el día siguiente. De todos modos en medio del mercado descubrimos un Templo y a pesar de que al día siguiente sabíamos que íbamos a visitar otros, nos adentramos.
Creo que fue una buena idea pues al ser un templo no-turístico pudimos ver a los lugareños entregados a la oración y las ofrendas que allí se hacían, principalmente sacos de arroz, fruta y… cerveza en lata.
Un taiwanés reza ajeno a la presencia de la Tuna
A pesar de ser martes toda la zona del mercado estaba muy animada.
Finalmente, antes de volver al hotel fuimos a ver el edificio más alto del mundo, el Taipei 101, con sus 508 metros. También hubo tiempo de ir a tomar unas copas aunque eso si la zona de marcha estaba desangelada y los precios los encontré abusivos.
Hasta aquí el primer capítulo. En el segundo veremos que dió de si el Taipei turístico.