Cuando regresamos de Suzhou ya oscurecía pero aun queríamos ver alguna cosa, concretamente el ambiente nocturno de Xintiandi, una zona lujosa y pija que está donde antes se ubicaba la concesión francesa de Shanghai. Nada más bajar del metro en Huangpi, L1, uno ya respira la modernidad y la opulencia de la zona, con los edificios de Gucchi o Dolce & Gabbana. Una modernidad diferente, no obstante, a los rascacielos de Lujiazui, una zona al fin y al cabo de oficinas. Se trata de una modernidad cosmopolita, en la zona se ven muchos expatriados, y de moda, con un montón de shanghainenses a la última. A pesar de todo, la parte francesa se limita a una plaza rodeada de cuatro edificios en los que hay restaurantes caros y un Starbucks. Continue reading