Suva 1 de 2: llegada y paseo

suva

A pesar de la horrible noche que pasamos en Sigatoka, a las 7:30 ya estábamos saliendo del hotel para ir a la estación de autobuses. Pasamos por el mercado y compramos dos hojaldres de cordero y un par de magdalenas en la misma panadería del día anterior. En total nos costó 3,60 FJD (1,48 €). A las 8:15 ya habíamos subido a nuestro autobús a Suva. Partimos sin más.

Por mala suerte nos habíamos sentado debajo de la salida principal del aire acondicionado, que al contrario que las individuales, no se podía cerrar. Amaya pasó un poco de frío. Respecto al trayecto, fue interesante. Me llamaron la atención algunos poblados con chozas tradicionales de tejados de paja, la cantidad de campos de rugby, con fijianos jugando, y algún recodo de playa. No obstante, la isla principal de Fiji no se corresponde con la imagen que teníamos del lugar. Llegamos con puntualidad, y a las 11:20 estábamos en la capital.

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Última parada antes de llegar

Desde la estación, y bajo una suave lluvia, empezamos a andar hacia el centro de la ciudad con la esperanza de encontrar Robertson Rd. Todos los hoteles de la guía eran caros, pero también mencionaba que en Robertson Rd. había algunos otros, más baratos, que no estaban reseñados. Afortunadamente, la calle que buscábamos fue una de las primeras que cruzamos.

Enseguida vimos un par de hoteles, y como a uno de los dos no sabíamos por dónde se entraba (creo que la entrada estaba en otra calle) nos dirigimos al Suva Private Hotel. Una habitación con baño compartido, 50 FJD (20,62€). Bueno, en realidad costaba 55 FJD pero solo llevaba 50 FJD en efectivo y se conformaron con eso. De todos modos, llamar a lo que nos dieron habitación es ser generoso, ya que eran cuatro paredes y una cama en medio. Nada más.

Allí nos dimos cuenta al hacer el estado de cuentas antes de ir al cajero, ya he dicho que no tenía más dinero fijiano, que habíamos perdido 20.000 yenes (150€) en algún momento entre que cambiamos en el aeropuerto y ese día. Por suerte, como llevábamos el dinero repartido, no lo perdimos todo.

Como actividad turística del día hicimos el paseo por el centro de Suva que recomienda la Lonely Planet. El inicio estaba francamente cerca del hotel y no nos costó nada empezar con buen pie. Realmente, sentimos que ya era hora que algo saliera bien, aunque fuera una cosa tan simple.

El primer punto de la ruta era el mercado de artesanías que no visitamos por dentro porque no lo encontramos interesante, ni novedoso. El mercado está delante del muelle y fue una pena que el día estuviera tan nublado y feo, porque las vistas creo que podrían haber sido interesantes. Por el malecón seguimos hasta el parquecito Ratu Sukuna, un héroe fijiano, que está enfrente del restaurante flotante Tiko’s, que o bien es un barco cochambroso o bien ya no existe…

El parque de Ratu Sukuna no es nada del otro mundo. De allí tomamos Victoria Pde. a lo largo de la cual hay varios edificios coloniales con encanto: el edificio Fintel (1926), el Old Town Hall (1904) y la Biblioteca Municipal (1909). Entre los dos primeros está además la piscina olímpica, pero pasamos olímpicamente de entrar a verla. Más adelante, y en la acera opuesta, hay unos cuantos edificios gubernamentales que pertenecen a varios ministerios. Tienen un estilo de construcción curioso, con un aspecto final no muy diferente al muro que estaban construyendo en el Parque de las Dunas de Sigatoka, con las paredes sin rebozar o embellecer.

Justo al lado está el Albert Park Field, pero lo estaban remodelando. Hay que destacar que en la remodelación de momento se han cargado el Kingsford Smith Pavillion, que ocupaba el lugar en el que se levantará la nueva tribuna del parque/estadio. En la otra acera, encontramos el Grand Pacific Hotel, que en un día soleado tiene que ser muy fotogénico, todo blanco y con las palmeras recortadas contra el cielo azul y el mar de fondo.

De allí avanzamos hacia los Thurston Gardens, en los que hay enormes árboles a pesar de ser un jardín bastante pequeño. En el extremo opuesto a la entrada está la Torre del Reloj del Jardín Botánico. ¿Por qué no estará en el Jardín Botánico? Ni idea.

En el parque también se encuentra el Museo de Fiji, y como es muy interesante, os lo contaré en la próxima entrada y con pluma invitada.

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