Por el centro de Yangon

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De todos los viajes que hicimos y sin contar averías, el del lago Inle a Yangon fue el más largo, y llegamos a la ciudad más grande de Myanmar a las 7:00 de la mañana. Desde la estación de autobuses nueva, que habían inaugurado mientras estábamos viajando por el país, compartimos taxi con Diana hasta su hotel, el Beautyland II, ¡vaya cochambre! No nos gustó nada, era sucio y caro, el comedor era deprimente y tenía una decoración de dudoso gusto. La habitación más barata, con baño compartido, costaba 25$ y era un cuchitril. De hecho, la habitación con baño costaba 38$… pero bueno, para colmo estaba lleno, así que dejamos el equipaje allí, al menos eran amables, y nos fuimos a buscar otro alojamiento. 

Tuvimos suerte porque encontramos el Cherry Guest House a la primera en la calle de al lado. Limpio, económico, con baño y wifi por 25$ la habitación doble. Además, el personal era muy servicial y amable como se demostró más tarde con el caso de los caballitos. Por cierto, las llamadas desde los teléfonos públicos del aeropuerto a la ciudad son gratis.

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Después de instalarnos fuimos a desayunar con los nativos: té con leche y bollos variados. Esa mañana íbamos a hacer el recorrido a pie por el centro de Yangon que recomienda la guía, pero pronto nos dimos cuenta de que no se trata de una ciudad demasiado bonita. Andar por sus calles es además estresante por la cantidad de agujeros, algunos anchos y profundos, suciedad y tráfico que hay. En Yangon las motos están prohibidas y eso hace que haya montañas de coches.

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0. Cherry Guest House – 1. Sula Paya – 2. Ayuntamiento – 3. Tribunal Supremo – 4. Inland Water y Myanmar Port Authority – 5. Vistas del río y mercado – 6. Aduana – 7. Tribunal de Justica – 8. Jardines de Mahabandoola – 9. Puesto de lassi – 1o. Sinagoga Moseah Yeshua – 11. Mercado al aire libre – 12. Mercado Bogyoke Aung San – 13. Restaurante indio Ingyin Nwe

El recorrido que hicimos nos llevó por un variado grupo de edificios, unos interesantes (en general los de arquitectura colonial), otros menos, pero ninguno realmente destacable. Quizá el ayuntamiento que es de color lila pálido (en la foto me quedó azulado), sea el que más nos llamó la atención. Lo más curioso fue ver enfrente de los edificios oficiales a personas con máquinas de escribir con teclado en birmano, haciendo copias con papel carbón de documentos para las personas que tienen que hacer trámites y por unos cuantos kyats la página.

Por otra parte, el recorrido recomendaba una parada en el barrio indio para tomar lassi y estaba riquísimo. Aprovechamos también para comer en un reputado, aunque cutre, restaurante indio de personal muy simpático y, a pesar de ser un poco caro para el precio medio de Myanmar, estaba muy bueno y a excepción del plato principal podías repetir de todo.

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Amaya con un lassi y una samosa

Después de la comilona nos dirigimos andando al lago Kandawgyi que no estaba tan lejos. La idea era entrar por alguna puerta oriental y luego salir por el oeste para ir a ver la Shwedagon Paya. El camino no fue demasiado complicado aunque tuvimos que preguntar alguna vez. Durante el trayecto pasamos al lado de un estadio de fútbol y alcanzamos el lago por el centro del mismo.

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Dosa de cordero. Menos del curry del centro se podía repetir de todo.

Cuando por fin llegamos al lago ya lloviznaba pero nada más entrar empezó una tormenta de aúpa. Durante un tiempo nos refugiamos bajo una pérgola en la que tuvimos que aguantar a un borrachín que intentaba hablarnos en inglés, y finalmente cuando logramos huir de él para tratar de recorrer el camino hacia la puerta occidental, el aguacero era tal, y Amaya tenía tanto frío (estaba tiritando), que cambiamos de opinión y tomamos un taxi hasta el hotel.

Para llegar al hotel tuvimos que pasar por calles que parecían ríos y plazas con más agua que muchos embalses. El agua llegaba prácticamente a ocultar las ruedas enteras de los coches. Una vez en el hotel, sin nada que comer y con la cocina cerrada, el staff se ofreció a salir a buscarnos algo y traérnoslo para que lo comiéramos en el comedor, pero como no sabíamos qué pedirles, al final acabamos saliendo a cenar.

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¡Qué manera de llover en Yangon! Acabamos de volver de cenar en un restaurante tailandés que se llama Suzuki (!). Un poco caro pero al menos estaba bueno (7300 kyats con cervezota, 5,6€).

Diario de viaje, 22 de agosto de 2013 – 21:40 h.

Bueno eso es todo sobre el primer día en Yangon. En la próxima entrada, más.

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3 thoughts on “Por el centro de Yangon

  1. M. Ángeles Cortés

    Pues para no ser bonito, vaya paseo más largo que os disteis! Pero por las fotos sí se ven lugares interesantes. Y os estabais acostumbrando mal: comer dos personas con cerveza por algo más de 5 €, no es caro, se mire como se mire. 😀

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  2. Miguel Ángel Maca

    Dos cosas: los hoteles me parecen baratos, y me choca la diferencia de calidad entre unos y otros costando lo mismo. La posibilidades de que vaya por esas tierras son remotas, pero si llegara el caso tendré en cuenta tus enseñanzas.

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