De Luganville a Port Vila

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Llegaron las últimas horas en Santo, que es lo que más nos había gustado de momento en el viaje. Esa mañana después de levantarnos y desayunar, hicimos las mochilas y las dejamos en recepción. Salimos a dar un mini paseo bajo el solazo que hacía, y a hacer un par de fotos del ayuntamiento con los iPhone.  Justo enfrente había una tienda y Amaya me preguntó si quería entrar. La verdad es que yo pensaba que habría lo mismo que en todas las otras, pero el día antes ya había encontrado un parche para la capa por casualidad, así que, para dentro.

Municipalidad de Luganville

Municipalidad de Luganville

Tienda y niño

Tienda y niño

Nada más entrar me encontré con Charlie, el chico vestido del Barça de dos días antes y mientras yo charlaba con él, Amaya vio una camiseta para mí, marrón con una tortuga de color arena en motivos tribales. La camiseta costaba 1000 VT (8,09€) y le pregunté a Charlie si había descuento. Me dijo que como no estaba el jefe no podía hacérmelo pero que él pagaba la camiseta por mí y me la regalaba de recuerdo. A mí me sabía mal, así que después del obsequio fui corriendo a comprarle unas cervezas. Tres Tusker por 750 VT (6,07€). Cuando se las di me pidió el e-mail y yo tomé nota de la dirección de la tienda para mandarle unas copias de las fotos en papel.

Estación de policía de Luganville

Estación de policía de Luganville

Ese día al aeropuerto nos llevó papá Kenneth, el dueño del hotel y los tours. Nos pidió que escribieramos en TripAdvisor y nos contó también que su hija mayor (23 años) estaba estudiando en la universidad en Port Vila y que el año próximo la enviaría a hacer económicas a Melbourne. Seguro que pasta tiene, pero no me sorprende porque su política es tener el hotel lleno siempre, aunque eso implique bajar el precio de las habitaciones, como en nuestro caso. Me pareció en ese punto, que Kenneth dueño confiaba mucho en el criterio de Keneth manager.

En el aeropuerto encontramos a un grupo de submarinistas que habían ido a Luganville para hacer la inmersión del SS Coolidge. La historia de este barco nos la contó Jeremías cuando íbamos al Million Dollar Point. Resulta que, durante la Segunda Guerra Mundial, los americanos minaron las aguas del archipiélago; pasada la guerra, el capitán del SS Coolidge, un crucero de lujo, olvidó la ubicación de una de esas minas y chocó con ella de modo que el barco embarrancó para acabar hundiéndose. No hubo víctimas, todos los pasajeros y tripulación se salvaron, excepto el capitán, que se encerró en su camarote y se hundió con el barco. Igualito que el del Costa Concordia… Los restos del barco se pueden “visitar”, pero sólo los buceadores, ya que su profundidad varía entre los 21 y los 65 m.  

¡A pesar de haber sólo dos vuelos o así al día, el aeropuerto de Santo-Pekoa no se libra de los retrasos!

Diario de viaje, Bluepango Motel (Port Vila)
19 de agosto de 2015, sobre las 20:15

El avión salió tarde, con unos 40 minutos de retraso pero estábamos de buen humor porque hacía buen tiempo. Tras el despegue, las vistas del océano y las islitas fueron espectaculares. Todo iba bien hasta que empezamos el descenso y vimos que sobre Efate había nubes. En el aeropuerto de Port Vila recogimos el equipaje en otro mostrador manual y nos dirigimos a la salida. Sabíamos que un taxi podía costarnos unos 3000 VT (24,28€) pero que el bus (minivan) era más barato. Vimos uno con la B en la matrícula y pedimos precio hasta la ciudad: nos pidieron 500 VT (4,05€) para llevarnos a los dos y el equipaje.

Yo no sabía exactamente dónde estaba el hotel y el conductor no lo conocía, pero había mirado en Google Maps y parecía que estaba por la zona del Seaside, cerca del Coconut Palms Resort. Así, le dimos esa indicación y le pedí que al llegar a la zona preguntara. Cuando llegamos al Resort, preguntó y nadie sabía nada del lugar, así que le di el número de teléfono del motel y llamaron. El hotel estaba lejos de allí, cruzando todo el centro, hacia el extremo sur de la isla.

Cuando llegamos, el conductor estaba de mal humor, a pesar de que gracias a nosotros en el aeropuerto habían subido dos clientes más. Quiso cobrarnos 1500 VT (12,14€), y después de un tira y afloja bastante agrio, terminé pagándole 1000 VT (8,09€). Al entrar al motel se lo contamos al dueño, un coreano llamado Hyeup pero que se hacía llamar Peter, y este nos contó que hay algunos conductores cabronías que hacen estas cosas, ya que la tarifa del aeropuerto a cualquier parte de Port Vila es de 150 VT (1,21€) por persona. Aun así, como parte de la culpa era del motel que tiene mal la dirección en Google Maps, conseguí que a modo de desagravio no nos cobrara la comisión correspondiente de pagar con tarjeta.

Después de dejar los bártulos en la habitación del hotel nos fuimos a dar una vuelta por el centro. Ya eran las 15:30 y efectivamente, el “autobús” nos costó 150 VT (1,21€).

En la próxima entrada hablaré del hospital de Port Vila.

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