Hong Kong Highlights

El 14 de agosto (de 2011) volé a Hong Kong (香港) desde Tōkyō. Nada especial salvo el especial celo de las empleadas de Hong Kong Airlines del aeropuerto de Narita que se mostraron inflexibles respecto a la limitación de 7 kg. para el equipaje de mano. Una limitación absurda por otro lado, ya que no pesan ni los bolsos ni las mochilas, lo que nos permitió trasladar los kilos sobrantes a estas otras piezas de equipaje. A continuación sigo con extractos del diario de viaje.

14 de agosto

22:00 Impresiones sobre Hong Kong Airlines

La comida ha sido muy mala. Normalmente me suele gustar la comida de avión, pero hoy ha sido un desastre. El menú:
– Fideos “soba”: demasiado hechos y blandengues
– Pollo con arroz y verduras: Escaso pollo, arroz insípido y verduras muy duras.
– Flan: HORRIBLE
Aparte de la comida, uno de los tripulantes de cabina era especialmente desagradable. Eso sí, me he tomado dos cervezas Tsingtao (青島)… lástima que estuvieran calentorras. 

01:10 Por fin en el hostal

Del aeropuerto a Kowloon (九龍) en el Airport Express, 90,00 HK$. No es caro pero parece ser que el autobús del aeropuerto, funciona veinticuatro horas y que lo que yo había leído sobre un horario 06:00-00:00 sólo se refería a la tarifa diurna y la tarifa nocturna. El taxi desde Kowloon hasta el hostal nos ha costado 35,50 HK$.

En ningún caso se trata de fortunas, pero en nuestro caso el autobús nos hubiera llevado de puerta a puerta, con lo que, más que el ahorro, la ventaja hubiera sido la comodidad. Por lo que parece, el autobús que va al aeropuerto es el A21 durante el día (lo cogimos a la vuelta) y el N21 durante la noche.

Apple Hostel

Nos alojamos en uno de los numerosos hostales de Chungking Mansions, el mencionado Apple Hostel, y a pesar de los avisos, al llegar al edificio no intentaron captarnos para ningún otro albergue. El hostal estaba limpio aunque la habitación era minúscula. Un palmo alrededor de la cama como mucho, y un baño. Sin embargo, para pasar sólo unas siete u ocho horas allí, de las cuales seis y media durmiendo y media en la ducha, era más que suficiente y el precio no tenía rival. Además había wi-fi gratis en la habitación.

El edificio de Chungking Mansions estaba siendo remodelado

Sobre Chungking Mansions, mi consejo es que si os queréis alojar allí, elijáis un hostal del bloque 3 o 4. Por las noches, los ascensores que subían a los bloques 1 y 2 siempre presentaban colas de más de media hora, mientras que nosotros nunca tuvimos que esperar más de dos viajes.

Primera impresión general

¡Qué frío hace en Hong Kong! Los aires acondicionados están a tope en todas partes. Echo de menos el “ahorro energético” que hay en Japón desde el terremoto del 11M.

15 de agosto

Este día, el primero entero en Hong Kong lo queríamos dedicar, si era posible, a ver lo que creíamos imprescindible: el monte Victoria, el Buda de Lantau y el mercado nocturno de Temple Street.

11:30 Estamos esperando el metro en la estación de Hong Kong, después de subir y bajar del monte Victoria.

Subir al monte Victoria vale mucho la pena. Las vistas son estupendas y montar en el funicular, el Peak Tram, es una pasada. Especialmente molones son los tramos más inclinados, alrededor de unos 45 grados de inclinación, ya que al mirar por la ventana, los rascacielos parece que se estén cayendo. Para ir hemos cogido el metro y bajado en Central, y nada más salir de la estación por la salida J, hemos flipado con los innumerables rascacielos.

Vistas desde Central y sus aledaños

Para subir al monte Victoria, como he dicho, lo mejor es el funicular y mi recomendación es comprar el billete completo con la entrada al Sky Terrace incluida, que vale 65,00 HK$. El ahorro puede ser 5,00 HK$ (billete de ida y vuelta y entrada aparte, 40,00 HK$+ 30,00 HK$) o 21,00 HK$ (comprándolo todo por separado, subida 28,00 HK$ + bajada 28,00 HK$ + entrada 30,00 HK$ ).

Choque de titanes

Una vez arriba, se disfrutan las vistas de Hong Kong y Kowloon desde el Lion Pavilion, que estaba llenísimo, para luego subir al Sky Terrace y disfrutar de las mismas vistas, pero mejoradas por la diferencia de altura, y de las vistas hacia la Isla de Lantau (大嶼山).

Vistas desde Lion Pavilion

Lion Pavilion desde arriba

Vistas desde Sky Terrace

12:30 En Tung Chung (東涌)

¡Qué pesados son con el dichoso One-day pass!

Nosotros sólo pretendíamos ir a ver el Buda de Lantau e íbamos con la intención de coger el autobús número 23, pero una vez allí tuvimos que lidiar con todas las vendedoras que querían hacernos subir al teleférico sí o sí, o en su defecto que al menos compráramos el One-day pass que permite subir en todos los autobuses que se quiera durante un día para ir a cualquier lugar de la isla. Lástima que, aparte del Buda de Lantau, no supiéramos de ninguna otra atracción turística en el lugar. Por lo tanto, al 23 y punto. Este autobús sólo cuesta 17,20 HK$, aunque el trayecto es un poco largo (45 minutos ir, 25 volver) y por una carretera con más curvas que las costas del Garraf.

15:40 Comiendo en Ngong Ping 360 (昂坪360).

Acabo de ver una exhibición de monjes Shaolin (小林). Es lo único que vale la pena en la ciudad de cartón piedra que es Nong Ping 360, ubicada entre donde termina el teleférico y el Paseo de los Generales que lleva hasta el Buda.

Con un monje Shao-lin

El Buda sí vale la pena. Al llegar con el autobús, lo primero que se ve es una puerta blanca, que da paso al Paseo de los Generales con sus 12 estatuas de los Generales Divinos. Al final de dicho paseo, se llega a una plaza, a la derecha de la cual se encuentran las escaleras que llevan al Buda. La entrada a las escaleras cuesta 23,00 HK$ pero realmente se puede considerar un regalo ya que, al llegar arriba, la puedes cambiar por un helado y un botellín de agua. Una vez arriba, además de ver el Buda de cerca, se puede entrar al museo ubicado en el interior de su base. En el destaca un enorme grabado circular sobre madera del que desgraciadamente no se pueden hacer fotos. Se trata de un grabado del s.XVIII y tardaron entre cuatro y cinco años en terminarlo. En él, además de un sutra escrito en chino, hay también un panteón completo de Budas, Boddhisatvas, Mosntruos, Reyes, etc. 

Aunque al verlo no me impresionó, en el tercer piso del museo, hay una de las tres reliquias de Buda en la tierra, la Reliquia del Hueso.

Puerta hacia el Paseo de los Generales

El Buda de Lantau

Bodhisattvas

Al bajar del Buda, y después de coger como recuerdo un librito de sutras en chino que repartían gratuitamente, nos hemos dirigido al monasterio de Po-Lin. Lo mejor es que se puede entrar dentro. Lo peor es que a pesar de la prohibición, todo el mundo entra con varillas de incienso y la atmósfera es irrespirable (al menos para mí).

Detalles del monasterio Po-Lin

20:20 Cenando en ¿Market St.?

La verdad es que no supe ver el nombre de la calle exacta pero, sea como sea, era una calle cercana a Shanghai St. y Temple St.

El menú (130,00 HK$, dos personas)
– Almejas con salsa picante
– Costilla de cerdo con salsa agridulce
– Arroz con ternera y huevo crudo
– Tsingtao, tamaño king-size.

Comer en la calle, en los mismos sitios que los chinos, es lo mejor del lugar. Los mercados son una birria. El Lady’s Market no es más que un mercadillo como los que se pueden encontrar en cualquier pueblo del extrarradio de Barcelona. Los vendedores, o mejor dicho las vendedoras, abrumadora mayoría, tienen mal genio y enseguida ponen mala cara y/o protestan si no compras nada o miras demasiado tiempo. Por otro lado, del mercado nocturno, sólo destacaría que hay puestos de “antigüedades” e incluso un puesto “sex-shop”.

Impresiones sobre el ambiente nocturno

La verdad es que una de las cosas más espectaculares de Hong Kong es pasear de noche y ver los carteles luminosos que se proyectan desde las fachadas sobre la calle. Luces de neón, casi todas en caracteres chinos, que ya querrían Shibuya o Shinjuku. También destacan los numerosos autobuses de dos pisos, omnipresentes, y “tuneados” de acuerdo a algún anuncio o marca. Otro de los encantos de Hong Kong es la coexistencia de rascacielos súper modernos impecablemente nuevos y de edificios altísimos de pisos, en unas condiciones tercermundistas que parecen presagiar su derrumbe inminente.

Luces de Nathan Road

23:45 Ya estoy en el hotel y duchado.

Para terminar por hoy, sólo quiero comentar un par de cosas. Primero, los semáforos hacen un ruido infernal, supongo que para los invidentes. Segundo, no hay apenas motos y no he visto ninguna bicicleta, así que Hong Kong no se parece, en este aspecto, a ningún otro lugar de Asia de los que he visitado. Quizá tenga que ver con la orografía de la zona, llena de subidas y bajadas, pero esto no sería razón para la escasez de motos. No sé. 

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