Otra vez estábamos en el aeropuerto de Kunming, que se está haciendo mayor. Había muchas más tiendas y locales ocupados, de los que el año anterior estaban todavía sin asignar, pero eso no impide que siguiera suspendiendo en lo mismo: cero idiomas y cero posibilidades de pagar con divisas o tarjeta de crédito; los cajeros no los probamos. Continue reading